Un mar fluye dentro de tí, tus ojos son la brisa, tu sonrisa la sal, tu mirada las aguas cristalinas, que nunca se pueden turbar. Un mar fluye dentro de mí. Si tus manos las olas, mi cuerpo la arena, y tus caricias conchas, que se esparcen con mi marea, un mar fluye dentro de mí. Y cuando despierto al amanecer, e inspiro profundamente, huelo a sal y cuando despierto y no te veo, cierro los ojos y en mi interior te encuentro: Mi mar particular. |